Sunday, June 15, 2014

el gran molino de café

Leí un volante: "Sociedades de control. Prohibido pegar calcomanías en postes o paredes, o serán arrancados y éstas destruidas."

Pegué una calcomanía al reverso de un poste que indicaba un paso para silla de ruedas en una banqueta y a los pocos meses había desaparecido la señalización con todo y poste.  Quizás se trataba de un coleccionista que quería tener estas piezas que algún día se volverán algo importante, o quizás no. Esa es su apuesta. En último caso, como sea, se puede vender el fierro viejo por una buena cantidad.

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Llego a la casa. Aviento la mochila sobre la silla masajeadora y cuelgo las llaves en el perchero. Les compré a estas llaves un aro enorme en la tlapalería justo para poder colgarlas en este perchero de madera que compré en una tienda de cosas usadas.

Los objetos y sus significados perseguidos. Cosas que tienen historias. Casi es ese el único uso que tienen las cosas, este molino desvencijado, pesadísimo, quizás no se llegue a usar para hacer café nunca.